domingo, 12 de agosto de 2012

Compilation III: Armagedon.

Día 13: el día ha empezado como tantos otros. Ya no suena Bon Jovi, porque suena antes el fantástico politono de J.E. ¡Menudo desfase tiene mi móvil! Cada vez me gusta más esta ciudad. No me enrollo más, vamos a lo que realmente interesa:
 Esta tarde hemos almorzado en la residencia unos fantásticos bocadillos (de los cuales yo estoy un poco hasta las narices ya) y más tarde hemos bicheado algo por internet. ¿Para qué? Por supuesto no para lo mismo de siempre, nada de tuenti, nada de facebook. Tickets para ir a ver a los New York Yankees. En la zona 201, once dólares. Una ganga, pero es que aquí, los deportes se pagan baratos. ¿Excepciones? El soccer, lo que para ti y para mi es el fútbol de toda la vida. Hecha la reserva cogimos la culebra de plata (alias el metro) y nos plantamos en la 81 con Central Park. Lo cruzamos y llegamos al Metropolitan Museum. Cinco plantas, cinco continentes repartidos dentro de las mismas. Cientos de periodos de tiempo y un mix que no llegué a entender. Para mi gusto, carece de falta de organización. Lo cierto es que me aburrí. La parte que más disfruté fue la Edad Media en Europa, que estaba repleta de armaduras y sin duras, vamos, lo que vienen siendo solo armas. Muy guay. Había partes muy Zen, muy aborígenes, muy egipcias. MUCHAS COSAS, MUCHA VARIEDAD. INABARCABLE. Demasiadas vajillas. Me recordó un poco a Grecia: moles de piedra tullidos y enseres de cocina. A las seis, para la calle. Un cachondeo lo de los horarios estos. ¡Ah! Olvidaba que la entrada era la voluntad, y claro, eso supongo que se traducirá en ese corto horario de apertura. En la puerta, hice la buena acción del día comprando un pretzler en uno de los puestos de la calle que regentaba un veterano de guerra. ¿Qué es un pretzelr? Pues un lacito de los que vendía Marge en el capítulo en el que se hace autónoma y cree que va a hacerse rica vendiendo derivados del trigo. No está malo, pero está más salado que pegar un buche de agua en el Mar Muerto. Vuelta a casa y a charlar un rato vía skype. 
 Era viernes noche y teniendo la posibilidad de ir a Pachá NYC for free, no íbamos a dejar escapar la ocasión. Cuatro plantas, todas de música muy negra o pastillera. Todo lleno de señoritas que practicaban sexo con la ropa puesta. A mi que me digan lo que quieran, pero he visto pelis porno menos explícitas que lo que allí había. En cuanto a la infraestructura, era una discoteca sin más, era como juntar seis salas White (el que estudie en Málaga sabrá de que hablo). Eso sí, había barras y bailarinas espontáneas con ganas de dejar su sello en la barra. Cada uno es libre de firmar como quiera: unos lo hacemos con boligrafo y otros dejando el adn. Esa costumbre si es digna de importar y no Halloween. La noche acabó con nosotros dando un paseo de vuelta por Time's Square. Muy buena noche con muy buena gente.

 Día 14: El sábado por la mañana amaneció diferente. ¿Diferente cómo? Algo así como a las once menos diez en lugar de a las ocho y cuarto de la mañana. Nos dividimos. Nosotros, tras el intento fallido de Niagara y Philadelphia, optamos por ir a China Town a comprar los billetes para Washington. No nos íbamos a dar por vencidos tan temprano. Es preceptivo comentar, que tenía un objetivo visto, y quería ir a por el a B&H. ¿El problema? Simple, era sábado y los judíos (que eran todos los de la tienda) celebran el sabat. Menuda gracia me hizo. Lo bueno es que los domingos abren. ¡Qué responsables estos judíos! En España no habría pasado esto, hubiesen hecho puente. Entre tanto se hizo medio día y volvimos a almorzar. Una ensalada de puñetera madre que me comí. ¿Y después? Después hicmos la colada. No es que no tenga ropa interior, sino que no me quedaba limpia, y claro, no me atraía la idea de darle la vuelta a los calzoncillos. Un show eso de lavar. Saqué los calcetines que si antes eran para un 42, ahora son para un 38. Cosas de las secadoras. Tampoco me aclaraba con los tiempos ni con los botones, y eso que era sencillo. Pasando un poco de mi ignorancia, hablemos de lo que hice después. Fuimos a Tribeca, el barrio de los famosos. Como todo el Soho, de diferente no tenía nada, solo la barbería en la que se pela Beckham. Luego nos reunimos todos en la zona 0 para ir a Brooklin. Andamos divagando un rato por el puerto y luego nos dedicamos a andar sin sentido. Cogimos el metro y llegamos a Dumbo park. Vimos como anochecía desde la orilla del río con la Freedom Tower y el puente de Brooklin en el horizonte. Una pasada, disfruté como un niño pequeño. Hice fotos y más fotos. Genial. Luego, cruzamos el puente de Brooklin andando. Awesome. Un poco de pizza para cenar y a dormir. No volveré a comer pizza en una temporada.

 Día 15: Domingo y madrugando. ¡Qué poco pega! Juega España la final de los JJOO y estando en USA no podíamos hacer otra cosa que ir a verlo. Esta gente es fría. No hay nada, pero que nada de ambiente como pudiera ocurrir en con el fútbol en España. Lo vimos en un pub Irlandés no sin perdernos antes. Una Coca-Cola 3 dólares. No es caro, es como dos euros cuarenta. El vaso era muy grande. Estas cosas en España no pasan. Pena que perdiésemos, jugamos bien. Luego la televisión brasileña entrevistó a uno de los nuestros. Ya os pondré el enlace.Después de esto, fui al B&H. Tecnología barata un Sigma 70-300 APO DG Macro. Una gozada. Un par de filtros que me salieron baratísimos y muy contentos para casa. Comimos y para el metro. Esta tarde vamos a ir a Queens. Queens es a priori un barrio muy cutre, muy suburbio, luego la opinión que tienes sobre él cambia. Hemo estado en un concurso de rap y graffiti. Sunday Freestyle se llamaba. Guapísimo, incluso se animaron algunos de mis amigos. Muy simpáticos todos. Nos despidieron y recibieron como hermanos. Metro de nuevo y al parque Flushing Meadows. Un viaje en metro muy movido, muchas curvas, mucha vía. Nos bajamos en la parada del estadio de los Mets. Bajamos a hacer algo de turismo y nos encontramos con que había Pepsi gratis. ASQUEROSA PERO GRATIS Y FRESQUITA. Respondí una pregunta chorra y me dieron una gorra de los Mets que está tasada en veinte dólares (¿Tasada por quién? Por mi, por supuesto). Cruzamos al otro lado de la parada y llegamos al parque. ¿Habéis visto Men in Black? Pues yo tampoco, pero por lo visto hay un par de torres que explotan que están cerca del parque, al lado de un globo terrestre gigante. Hicimos amigos mejicanos, fuimos luego a Hard Rock café a consultar precios y volvimos a casa. Cenita y a dormir. So long friends, see you tomorrow.

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